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miércoles, 22 de febrero de 2017

ANALISIS


Innovación 5.0: innovación abierta


Y llegamos a principios del siglo XXI. Época de más intensa globalización. “El mundo es plano” en boca de Thomas Friedman, autor del best-seller del mismo nombre: la fuerza de internet globaliza y aplana totalmente el planeta. La información estratégica (de oportunidades, de proveedores, de negocios, de tecnologías…) está en todas partes y es accesible por todos, a costo prácticamente cero, gracias al poder igualador de internet.

Henry Chesbrough, profesor de Berkeley, demostró, bajo este paradigma global, que no es suficiente involucrar a los agentes de la propia cadena de valor en la constitución de un proceso de innovación robusto. Se requiere la incorporación de oportunidades que surgen de otras cadenas de valor y de otros entornos de desarrollo tecnológico. De forma imperceptible, sobre la ola del imparable cambio tecnológico y la apertura de los mercados, presionadas por las tremendas fuerzas de la competencia global, las ventajas competitivas buscan fuentes alejadas del entorno inmediato de la empresa.

Síntesis: seis olas de innovación, seis paradigmas de gestión

En síntesis, el mundo ha asistido a la irrupción de seis olas de innovación, que configuran el actual fenómeno complejo de la innovación:

Primera ola: la unidad de análisis es la oportunidad tecnológica. Una nueva tecnología es introducida en el mundo económico, creando lo que Schumpeter denominó olas de destrucción creativa. La tecnología triunfante genera un orden de cosas superior al anterior. La fuerza dominante es la de la investigación y el desarrollo: la racionalidad científica se convierte en innovación tecnológica, y es absorbida por el mercado. Un mercado que actúa bajo paradigma de demanda excedente: todo lo que pueda ser comprado será comprado. La innovación, bajo este paradigma, es rupturista por definición. En estas condiciones se desarrollan las grandes rupturas tecnológicas de la humanidad: la máquina de vapor, el ferrocarril, la llegada de la energía eléctrica a los hogares, la producción masiva de automóviles, las aviación comercial o, en última instancia, internet.

Segunda ola: la unidad de análisis es la oportunidad de mercado. El fenómeno innovador es disparado desde la demanda del mercado. La innovación responde a peticiones de los clientes, en una lógica market-pull, y bajo un paradigma de demanda limitada y sobresaturación de los mercados. Llega la tiranía del consumidor. Es la era del marketing: hay que escuchar al cliente, mimarle para fidelizarle. Pero el cliente pedirá mejoras, no cambios ni rupturas de paradigma. Nadie puede pedir lo que no puede imaginar: la innovación se torna incremental.

Tercera ola: la unidad de análisis es la empresa. La empresa debe convertirse en sistema innovador para gestionar a la vez ambas fuerzas: las de la ruptura tecnológica y la del incrementalismo del mercado. Ambas fuerzas convergen y compiten en las organizaciones, generando el apasionante dilema de la innovación: explotar lo conocido, mejorándolo; o explorar lo desconocido, cambiándolo y transformando el entorno. La innovación se convierte en tensión organizativa. Cuando gana la inercia del pasado y el incrementalismo, los líderes de la industria se ven superados por jóvenes start-ups dotadas de mayor flexibilidad estratégica y radicalidad innovadora. Y, para disciplinar la sistemática innovadora, las organizaciones deben incorporar sistemáticas de gestión a imagen de los modelos TQM de gestión de la calidad. Modelos que, en general, quedan obsoletos cuando se convierten en un instrumento más del inmovilismo, en una coartada para disfrazar la simple mejora de la innovación.

Cuarta ola: la tensión innovadora desborda a la organización. El entorno sigue acelerándose y cambiando más rápidamente que la empresa, la cual debe echar mano de su contexto inmediato para innovar con más velocidad y eficacia: la cadena de valor. Competirán cadenas de valor contra cadenas de valor, aunque éstas se escondan tras sus firmas líderes (General Motors contra Ford, Airbus contra Boeing, Zara contra H&M), luego innovarán cadenas de valor contra cadenas de valor. Para ello, se integrarán sistemas de información, procesos logísticos y equipos de I+D, que pasarán de ser multidisciplinares a ser multi empresariales. El modelo de gestión imperante es el de la integración y gestión estratégica de la cadena de suministro.
 
 


 

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